Hablar de abundancia y prosperidad puede sonar a veces abstracto, casi como un concepto demasiado grande o lejano. Sin embargo, cuando lo aterrizamos al día a día, se convierte en una herramienta poderosa de transformación. No se trata solo de acumular bienes o tener éxito económico, sino de vivir con una mentalidad abierta, confiada y consciente de todo lo que ya tenemos.

En un reciente episodio de mi podcast La Cabaña de Mara, tuve la suerte de conversar con Teresa Sánchez Maté, periodista, mentora de negocios y una mujer con una mirada clara sobre lo que significa vivir desde la abundancia. De nuestra charla, he querido rescatar tres claves esenciales que pueden ayudarte tanto en tu vida personal como en tu forma de emprender.

1. La abundancia empieza en tu mentalidad

La primera clave que compartimos es que la abundancia no empieza fuera, sino dentro. Todo parte de cómo eliges ver la vida: desde la carencia o desde la confianza.

Cuando pensamos que nunca es suficiente, que siempre falta algo, vivimos en un estado de escasez. Esa mentalidad nos limita, nos cierra puertas y nos hace sentir inseguras. Por el contrario, cuando aprendemos a mirar lo que ya tenemos y a agradecerlo, aparece un cambio sutil pero enorme: dejamos de sentirnos vacías para comenzar a sentirnos completas.

En el terreno del emprendimiento esto se traduce en algo muy concreto: confiar en lo que ya sabes hacer, en tu talento y en tu experiencia. No necesitas tener diez títulos más ni esperar al “momento perfecto”. La abundancia es reconocer que lo que tienes hoy ya es suficiente para dar el siguiente paso.

Un ejercicio sencillo: cada noche, escribe tres cosas por las que te sientes abundante ese día. No tienen que ser grandes logros, puede ser un café con calma, una conversación inspiradora o un proyecto que avanzaste un poco más. Esa práctica diaria entrena tu mente para enfocarse en la plenitud.

2. Prosperidad es mucho más que dinero

La segunda clave es comprender que la prosperidad va mucho más allá de la economía. Por supuesto, el dinero es importante y nos da libertad, pero limitar la prosperidad solo a lo material es reducirla demasiado.

Teresa lo explicó de manera muy clara: la prosperidad incluye tu energía, tus relaciones, tu tiempo y los proyectos con sentido que construyes. Una persona puede tener una cuenta bancaria llena y sentirse vacía, o tener un negocio exitoso pero vivir agotada y sin vida personal. ¿Eso es prosperidad? Difícilmente.

Cuando hablamos de prosperar, hablamos de equilibrio. Prosperar es levantarte con ilusión por lo que haces, rodearte de personas que te nutren, tener la energía para disfrutar de tu día y sentir que tu trabajo aporta valor real.

Para quienes emprendemos, esto implica diseñar un negocio que no robe tu vida, sino que la expanda. Un negocio próspero es aquel que te permite crecer, disfrutar y seguir siendo tú misma en el camino.

Pregunta para ti: ¿cómo sería un día próspero en tu vida? Si tu respuesta no incluye únicamente cifras, ya estás en el camino de una visión más completa de prosperidad.

3. Vivir desde la abundancia cambia tu forma de emprender

La tercera clave es entender que cuando eliges vivir desde la abundancia, tu forma de tomar decisiones cambia radicalmente. Dejas de moverte por miedo y empiezas a hacerlo por confianza.

Eso significa:

  • Decir a proyectos que resuenan contigo aunque te saquen de tu zona de confort.
  • Dejar atrás colaboraciones o clientes que no encajan con tus valores.
  • Apostar por crear algo nuevo aunque no tengas todas las certezas.

En el mundo del emprendimiento, la mentalidad de abundancia se traduce en liderar de otra manera. No desde la competencia, sino desde la colaboración. No desde el miedo a perder, sino desde la certeza de que siempre habrá oportunidades si sabes mirar y estar abierta.

La abundancia no es un destino, es una elección diaria. Y cuando la eliges, tu negocio se convierte en un reflejo de esa plenitud: más creativo, más auténtico y más alineado contigo.

Vivir con abundancia y prosperidad no significa tenerlo todo resuelto, sino aprender a mirar con otros ojos lo que ya tienes y lo que está por venir. Es una mentalidad que cambia tu forma de vivir y también la manera en la que emprendes.

Recuerda estas tres claves:

  1. Empieza por tu mentalidad: agradece y reconoce lo que ya tienes.
  2. Mira la prosperidad como un concepto integral, más allá del dinero.
  3. Elige la abundancia como tu forma de emprender y liderar.

Y si este tema resuena contigo, me encantará seguir compartiendo reflexiones y herramientas en mi newsletter semanal. Es un espacio cercano, donde cada jueves desayunamos juntas con ideas para crecer en lo personal y en lo profesional.

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