El lunes 9 de marzo en Arca de Babel celebramos el día de la mujer. Hicimos un  encuentro donde las mujeres eran las protagonistas. Paloma Saavadrea, Fanny Abreu de App The Table, Rosa Ventura de La Palmera Rosa, Isabel Delgado de la Plataforma de las Mujeres en la Cultura, Nayra Rodriguez del Instituto Astrofísico de Canarias Y Carmen Padilla Torres de la Fundación Galileo Galilei. Mujeres directivas, bloguers, empresarias, emprendedoras, científicas…Y en el último momento aparecí yo gracias a mi querida Eva Tabah que presentaba el evento  me hizo un hueco para que hablase un poquito de los Desayunos con Talento.

Despues de hablar de los diferentes proyectos, de emprendimiento, conciliación cómo ganar dinero con un blog, astrofísica…, tuvimos un pequeño coloquio más informal y donde todos participamos guíados a través de Eva Tabah, esta parte ya tenía un toque más personal, de hablar de tú a tú,  de compartir experiencias. Y en un momento determinado Eva dijo que para sacar proyectos a delante, había que tener pasión, y sobre todo, pasión por ti misma. Esa frase me tocó muy de cerca.

Sentir pasión por ti, sentir pasión por ti misma.

Reconozco que estoy lejos de sentir esa pasión por mi misma de la que hablaba Eva Tabah. También sé que esa pasión está muy lejos del egocentrismo. Y sé que descubrirse a una misma es una aventura y una tarea pendiente que trato de llevar a cabo.

Y eso me recordó algo muy curioso que me pasó hace un mes y que llevaba tiempo queriendo compartir.

Le pedía Patri Campora unas fotos para mis redes. Quería unas fotos en las que me viese a mi misma. No tenía claro que significaba eso, pero no quería una foto tipo DNI, o de estudio, quería algo más. Sentirme yo misma. Y quién mejor que Patri para hacerme esas fotos.

El primer paso fue perdírselas, quiero unas fotos mias. Un “reportaje fotográfico de mi”, en algún momento resonó por mi cabeza algo como: ¿Quién te piensas que eres contratando una sesión de fotos? Por suerte mi  voz empresarial sugirió: son sólo unas fotos para trabajo , la web y las redes. Y así pude medio engañarme y no faltar a mi cita.

Patri me propuso ir a las Teresitas: mar, playa, arena. Mi espacio natural en el que sentirme cómoda y del que me gusta estar siempre cerca. La idea me encantó, quizás hasta pensé: “si no salgo bien, al menos el paisaje será bonito”. Y allí que nos fuimos una tarde cuando el sol había bajado para aprovechar una buena luz. De pronto me encontraba con Patri y su cámara. Por suerte veía más a Patri que a su cámara por lo cual conseguía estar tranquila y relajada la mayor parte de las veces. Hasta le cogí el gusto.

La sorpresa fue cuando me empezó a enviar algún adelanto de esas fotos y me podía ver. Y me podía ver con calma, con ternura, podía ver en esas fotos mi lado divertido, pero tambien mi lado profesional. Pude ver los ojos que a veces veo en mi hijo. Y ver una parte de mi niña interior. Pude ver mi lado femenino. Mis ilusiones, mis sueños. Pude mirarme a los ojos de otra manera

Necesitaba esas fotos por trabajo, pero se convirtieron un ejercicio de introspección que os recomiendo si estáis por Tenerife y podéis contactar con Patri González Cámpora. No son unas fotos de estudio, son un retrato de ti misma. Son un ejercicio para aprener a mirarse. Un ejercicio para comenzar a aumentar la pasión por mi misma y mirarme con más cariño y amabilidad.

Y sí, repetiré ese ejercicio, porque conocerse a una misma es un ejercicio que tenemos pendiente y que es para toda la vida.

 

 

 

 

Y sí, tambien me llevó otra idea que me resultó muy curiosa: Islandia no tiene hormigas.